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correciones quirurgicas 2 |
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La cara corta
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Introducción:
<O:P>La causa más frecuente de esta deformidad es el déficit mandibular con sobremordida anterior. La segunda causa más frecuente es la deficiencia vertical del maxilar superior.
Cuantitativamente se define como una disminución de altura del tercio inferior facial, medido de subnasal a mentón, en comparación con el tercio medio de la cara, medido de subnasal a glabela. Esto no sólo resulta en una cara corta, sino también en una cara cuadrada. Clínicamente se aprecia una falta de soporte de los tejidos blandos faciales, que parecen redundantes.
<O:P>Esta combinación de una cara corta con unos tejidos blandos redundantes (por falta de soporte) da al paciente una apariencia de envejecimiento prematuro.
<O:P>Cuando existe una deficiencia del maxilar superior, los incisivos superiores pueden estar totalmente cubiertos por el labio superior, dando al individuo una apariencia de edéntulo con los labios en reposo. La filosofía del tratamiento de estos pacientes debe ser aumentar adecuadamente el esqueleto facial en la dimensión vertical, y frecuentemente también en la sagital para eliminar la redundancia de los tejidos blandos y proporcional a un soporte adecuado a los tejidos faciales.
Esto permite estrechar una comisura oral que frecuentemente está ensanchada debido a la sobremordida, permite que el bermellón del labio superior aparezca más lleno, que el pliegue labio-mentoniano sea menos profundo, que se expongan los incisivos superiores en reposo (2-3 mm) y la encía al sonreír (2-3 mm), y pasar en definitiva de una cara cuadrada y corta a otra más ovalada.
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Opciones quirúrgicas
<O:P>En presencia de una deficiencia vertical del maxilar superior, definida como una exposición mínima o ausente de los incisivos superiores en presencia de un labio superior de longitud normal, el alargamiento vertical está indicado.
<O:P>La cirugía doble maxilo-mandibular está casi siempre indicada cuando existe asociada a la deformidad una mordida de Clase II; es decir, el avance mandibular va a ser necesario, ya que la mordida de Clase II sólo puede empeorar al alargar el maxilar superior y rotar la mandíbula hacia abajo y atrás.
<O:P>El caso que describimos presentaba una discreta cara corta debido a una sobremordida, con una Clase II, que pudo ser corregida mediante una osteotomía de Obwegeser exclusivamente
Cuando la deficiencia del maxilar superior aparece en combinación con una mordida Clase I, habrá que tomar una decisión sobre qué tipo de cirugía producirá el mejor resultado estético. Esto principalmente va a estar en relación con el soporte del labio superior y la posición final en la dimensión sagital del labio inferior y de la barbilla. El alargamiento del maxilar superior en presencia de una mordida de Clase I va a desplazar el maxilar y el pogonion posteriormente a medida que la mandíbula rota en sentido horario. Si ello va a resultar en una inadecuada proyección del tercio medio facial o una inadecuada proyección del tercio inferior facial a pesar de una genioplastia por deslizamiento, entonces el abordaje doble maxilo-mandibular volverá a estar indicado.
Por último, cuando la deficiencia vertical del maxilar superior se asocia a una maloclusión Clase III, la cirugía aislada sobre el maxilar superior mejorará la deformidad oclusal al hacer rotar la mandíbula hacia abajo y hacia atrás.
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Estabilidad del alargamiento maxilar
<O:P>En el pasado, se había considerado al alargamiento maxilar como un procedimiento muy poco estable. Inicialmente se pensó que era debido a la reabsorción del injerto óseo autólogo colocado en el defecto secundario a la osteotomía de alargamiento. Durante el período posterior de fijación intermaxilar, la acción constante de los músculos de la masticación produciría una presión excesiva sobre el injerto, causando su reabsorción.
El uso de la fijación interna rígida con placas y tornillos mejoró esta situación, hoy en día se combina la fijación interna rígida con injertos de hueso cortical de la cresta ilíaca. Otros autores utilizan sustitutos óseos irreabsorbibles, como los bloques porosos de hidroxiapatita, para eliminar la inestabilidad esquelética tras un desplazamiento inferior del maxilar superior.
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